viernes, 2 de septiembre de 2016

La otra cara de Río 2016


Río de Janeiro, foco y sede de los juegos olímpicos este 2016. Cuando pensamos en este lugar, imaginamos playas, diversión y mucho turismo, sin embargo, la condición de Río es mucho más difícil y complicada de lo que pueden ver los turistas con sus propios ojos.
Brasil, con una población que sobrepasa por poco los doscientos millones de habitantes, es uno de los países más desiguales del mundo y el tercero en latino américa. 
Según un estudio reciente de Investigación del Senado, durante el año 23.100 jóvenes afrobrasileños de entre 15 y 29 años son asesinados, es decir, 63 por día, uno cada 23 minutos. 
Además, la existencia de las favelas no facilita las cosas. Los lugares más pobres de dicha ciudad, los cuales están sumergidos hoy en día en una constante persecución por parte de la policía y las autoridades, que ven en este espacio un foco de delincuencia, proyectando una mala imagen de la ciudad al resto del mundo.
Ahí, dentro de las favelas, muchas personas han sido despojadas de sus hogares, aunque las autoridades nieguen esto. Debido a estos desalojos muchos niños están viviendo en condiciones deplorables: “sin acceso a agua, infraestructuras o posibilidad de ir a la escuela” Según la ONG infantil de Río de Janeiro.


Un suceso impactante y que difícilmente pasa desapercibido, fueron las gigantescas paredes y muros que grotescamente taparon a los ojos del mundo la miseria y dolor que sufren las poblaciones más pobres.
Es así como los nombrados juegos olímpicos, no fueron más que una cortina para esconder momentáneamente, las deplorables condiciones de pobreza, injusticia, corrupción y miedo escondido en el pueblo brasileño.
Alejandra Vicencio


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